Destino
País
ante el ofrecimiento de un
cuerpo de niño
cuerpo inocente frente a un
mundo hecho de espinas
cuerpo de niño visitado por
las sombras y el deseo acre de los muertos
por la avidez mísera de los
vivos
por la indolencia disfrazada
de clamor solidario.
El abismo del hombre se ha
ensañado con esos cuerpos de niño
con esos ojos sin aliento
con esos rostros habitados por
el pasmo y la sal.
Quién puede ser feliz frente a
esta avalancha de epitafios y maderas de pino,
frente a esta melodía de la
nada obstinada con la vida más pura.
Quién puede ser feliz ante el
horror de la cal y el imperdonable solfeo de tardíos planes de rescate.
Quien puede ser feliz frente
al perplejo desquicio del bien y el mal
frente a esos cuerpos de niño
ofrecidos al suplicio y al espectáculo
de un país sin destino de
niñez
sin vertical de hombre
sin remordimiento alguno por
haberse devorado
la vida y el futuro más
urgentes.
Conrado Yasenza
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