viernes, 22 de marzo de 2013

Historia/Los Poemas Que No Encuentran Editor


HISTORIA

Cuánto movimiento
perpendicular
oblicuo
transversal
recto
curvo
risado
elemental
lógico
casi yerto
infernal o
vuelto sobre sí
siempre colmado de sentido
obtuso y dogmático
pleno
reconocible.
Cuánto movimiento se avecina esta noche
por encima del párpado
a través del silencio y su vertical,
cuánta agonía y nacimiento
nos depara la estrecha historia de un siglo
y su noche.-

Conrado Yasenza.


Nunca son obscenas/Los Poemas Que No Encuentran Editor


Nunca son obscenas  

Nunca son obscenas ese tipo de cantidades
esos irreprochables manteles cubiertos de higos
y celos o telarañas en un esquinero,
y toallas que el tiempo derribó 
en una tarde de domingo, en Enero,
aquel mes abrazador y de calor inmutable
frente a la solvencia hecha de lejanas bibliotecas,
plebeyo desierto
donde practico mi imperfecta posición de loto.
Tuve una glicina, una profética glicina,
en el patio de mi casa
que de manera incuestionable se secó
(lo dije: una profética glicina)
Nunca son obscenas ese tipo de cantidades
cuando despertamos y nos miramos al espejo
y nos reconocemos en el silencio de aquella tarde
donde un solitario benteveo canta
en el atardecer de un día cualquiera,
cuando paró de llover
y nuestros rostros se buscaron desde la ausencia
de una Virgen flourescente en azul,
ese azul que te espanta
y que ya no indica la manera de llegar
hasta el portón abierto de tu casa.

Conrado Yasenza

viernes, 8 de febrero de 2013

Las ganas y sus méritos/ Los Poemas Que No encuentran Editor



Las ganas y sus méritos

¿Se me habrán quitado las ganas ?
¿El olfato se habrá ocupado de otros olfatos ?
¿Lo ajeno será esta noche propio ?
¡que fuleras son las mañas del más mañoso !
Sí señores,
están echadas las polémicas, los debates,
pero
¿es a mí a quién se invita a tales foros ?
¿es este banquete un reguero de confianzas ?
¿se espera un reflejo de mí ?
¿una disposición de cabriolas espejadas ?
¿un guanaco que escupa sin distingos ?
¿una mansedumbre que no de cuenta
del ornamento y el drama ?
será que la angustia es
una adopción sin méritos
hecha a veces
por bailarinas caídas en desgracia
que esconden sus marmitas de excrementos
y verdades conservadas en formol.-


Conrado Yasenza.

sábado, 2 de febrero de 2013

Contundencia/Los Poemas Que No Encuentran Editor




Contundencia


Si la claridad es contundente no es claridad, es contundente. 

Conrado Yasenza

El paródico/Los Poemas Que No Encuentran Editor



El paródico
A Leónidas Lamborghini


Luego de haber hecho sonar el gong en el lejano Mar Egeo,
florecen los ecos de una ventana abierta
a los tres enigmas que contienen el deseo y la muerte, 
ellos revelan el desierto absurdo en el que la razón
se desnuda para ofrecerse en su verdadero rostro: la sinrazón;
mienten las ordalías del placer y la memoria,
y ya sabemos del espejismo ante la desilusión:
el retrato de la hipocresía y su falsa épica
descifrada en una historia reciente de saqueos con héroes de hambre. 
¿Podría el fracaso, o su tragedia,
impulsar el humor de la angustiante imitación?
Esa es la imposibilidad de sucumbir ante El Modelo,
poeta, poetastro;
tus espejismos juegan con la mente
que brama febril en el viaje de la luz a la oscuridad;
espeje su fracaso entonces, poeta,
que la inutilidad es el intento,
la vuelta trágica en la aventura del ser.
Los griegos siempre lo supieron: los finales son anteriores como los vestigios del Palimpsesto;
y el Poema no es Grande
si el libro soñado es la grandeza del poeta,
otras voces surgirán en esta historia reciente
para que no juzguemos al paródico, para que seamos piadosos,
con el hombre y El Gran Poema en su deseo de rozar la belleza,
de ahí que su reiteración es la del hombre adherido
a los destellos del fracaso,
o la tragedia del humor,
como si una aventura en el transcurrir del tiempo
fuese el cordero opuesto a su misma esencia,
a su destino cruel de presentaciones desafiantes,
el hombre lleno de furia,
insuficiente en un país de suficientes.

Conrado Yasenza

viernes, 25 de enero de 2013

El armario y el sueño/Los Poemas Que No Encuentran Editor





El armario y el sueño

Entre el sueño y la visión del sueño
es que deambula arrinconada
la posible orografía de la fiebre.
¿Habrá accedido a ese pulmón
la más antigua de las mujeres?
¿Habrá leído la sensación de una cavidad?
Soñar que se hereda la ropa del hermano
es soñar el racimo de la muerte
su cabo neutro
el salvaje reflejo de pavos secos
vibrando en el vértice preciso
de un sabor exquisito y falso.
Soñar el olor de la cavidad leída
es entrar en el empalme del ritmo común
donde mi hermano se enterará que fue muerto
junto al solfeo migratorio
que va del sueño hacia la noche
pocas horas
dormitadas en vigila de una respuesta
cerca del ropero
tratando de acallar esos fugaces simulacros
que anidan entre el cabo
el racimo y el silencio:
traspasos y despedidas
en nuestro paciente armario.

Conrado Yasenza

Tales son los pozos/Los Poemas Que No Encuentran Editor



Tales son los pozos


De pronto me encontré mirando al cielo
alucinado, absorto, filosóficamente perdido.
Seguí mirando el cielo por un rato
y sentí que me dolía algo con profundidad de plexo.
Miré un poco más y se hizo el tiempo 
y el dolor no se extasió, salió de sí
para decirme que me duele el mundo, 
la avanzada impune de certezas e ideas pobres,
el optimismo de asepsia y los voluntarismos morales.
¡Pero! Cómo hacen doler esos liberalismos de estacas!
Y Tales que me marca los pozos
cuando fumo - menos, cada vez menos – y me como los combates
y los doy si es necesario, y si el pesimismo o la crítica a la razón dialéctica
así lo permiten porque sigo mirando hacia el cielo.
Me abraza esta triste planicie que se vacía
en la paz de los cementerios,
allí no hay tensión, la muerte ahoga de armonía.
Me duele este desierto de átomos con derecho a las lanzas,
a los agravios que a veces devastan o hacen mella al menos,
y se me escapa el origen de esas lanzas
consagradas a la necedad o la saña
que es como la sarna que pica y no gusta.
Y duele la falta de luz, la negritud condenada a la justicia de oficio,
duelen las policías y sus perros plantados desde siempre.
Y de golpe me caí de nuevo- !otro pozo! -
Seguí mirando al cielo buscando los porque
y caminé entre los guiños que me arrojaba el cielo.
Creo que me chifló Platón o un bebedor consuetudinario
para decirme que vuelva a intentarlo, a buscar.
Y apenas dejé de mirar al cielo y vi los pozos
y a nuestros muertos, los de ayer y los de hoy,
y vi las cárceles con sus mantas pavorosas
y el agua fría y el llanto de los rostros más fieros,
descubrí la verdad que oculto, un amor que no merezco,
y sufre este desgano,
otras furias,
mientras resiste, por ahora.
Me duele un nombre, entre algunas otras cosas.
Nada más.

Conrado Yasenza